El 17 de
julio de 1886, el ingeniero Don Bruno García Abad, (quien relevase como Gerente de la Sociedad Los tranvías de Zaragoza a Modesto Torres Cervelló tras su dimisión por enfermedad en 1891), presenta una instancia en nombre propio y
como partícipe de la sociedad yesera “Julián y García“, y también, en nombre de
los demás fabricantes de yeso de la ciudad, copropietarios de las canteras del
“Monte de Torrero”.
A muchos de ustedes les resultará más que familiar esto de "las canteras" aunque solo sea por la conservación toponímica de dicho nombre, en la actual plaza de entrada al zaragozano barrio de Torrero.
Pues bien en dicha instancia solicitaba el uso del dominio público para la
construcción de un ferro-carril de tracción animal desde las canteras, situadas pasada la actual autovía, más allá del cementerio de Torrero, hasta el
Bº de Torrero, al lado de la actual plaza de las Canteras, donde se encontraba la fábrica de yeso. Motivaba dicha solicitud el mal estado en el que se encontraba al parecer el camino desde las canteras, que producía un gran incremento en los costes de producción.
Solicita permiso
para ocupar el dominio Público del camino natural y cabañera (palabra aragonesa utilizada para definir una cañada real o vía pecuaria) provincial del
“Bajo Aragón” para la construcción de este ferrocarril particular.
Presenta una
memoria detallada para argumentar su petición, dejando patente la gran demanda
de yeso, y la calidad del mismo, al parecer acreditada por varios
premios recibidos y la demanda de material por personal facultativo.
El mal estado del camino que
unía la fábrica de yeso con las canteras por falta de afirmado, lo que impedía la circulación en
época de lluvia y produciría ingentes daños en los carros por el “retranqueo”
(textualmente del documento original, imaginamos que se refiere a traqueteo) lo que provocaba el citado incremento de costes por reparaciones y refuerzos. Se hacía patente la necesidad de un camino nuevo que es el que se solicita.
Este camino
nuevo no podía separarse del existente de tierra. La opción que se propone evita
contrapendientes, aunque sea más largo e incremente la duración del recorrido
tanto a la subida como a la bajada. El trazado ha de ser tal, que mantenga una pendiente constante, con 14 rectas y 13 curvas y se ubicaba en el borde derecho
del camino antiguo (lado más próximo al Cementerio). La explotación se haría con
caballerías para subir a las canteras y por gravedad para bajar utilizando además del
freno natural de las “wagonetas” Sic., instalando en la 1ª unas “cuñas cabros” que
actuarían tan solo en caso de emergencia.
La vía se
montaría con carril Vignole de 7 kg/m sobre traviesas de madera situadas a una
distancia de 80 cm. y sobre una capa de balasto de 10 cm de espesor. En los
pasos a nivel del antiguo camino y el de Herederos, en vez de carriles dobles se
propone un empedrado que evite el resalto de los carriles. Propone un ancho de
0,65 m, teniendo la plataforma una anchura de 4,5 m. Al parecer posteriormente no sabemos si se construiría a 1m o se cambió luego, probablemente no se cumplió el proyecto a rajatabla.
La previsión de García Abad era que los trabajos de construcción se dilatasen durante 8 meses y casi lo clava, un par de meses más de lo planificado debió invertir.
Después de
los informes favorables tanto del Arquitecto municipal, como de la Sección 1ª,
que valida la propiedad del monte en el que está situada la cantera, por compra
al Estado en 1881, y del visitador de la asociación GANADEROS DEL REINO por
estar en una cabañera, se autoriza su construcción en el Boletín Oficial de la
provincia del 8 de diciembre de 1887.
Empezando su construcción en 1 de febrero de 1888. Se adjudica la explanación de
la vía el 21 de febrero a Prudencio Martínez y a finales de mayo se acaba la
explanación y se empieza a sentar la vía en el mes de julio.
En el mes de
noviembre ya corrían las vagonetas. En el archivo municipal figura que, el 28 del diciembre del 1888, Bruno García
invita al Ayuntamiento para la inauguración el viernes 30 a las 2:30.
El
Ayuntamiento delega en los Sres. Ciriquián, Allustrante, Cenzano, Ortiz y
Arquit. Lo declaró inaugurado el primer teniente de alcalde Sr. Ciriquián y en
nombre de la Reina Regente y de su segundo hijo Don Alfonso XIII.
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