lunes, 9 de noviembre de 2020

De Torrero al cielo, el tercer ramal. Parte IV. La difícil orografía del monte de Torrero. 1.


Cuando en nuestra ciudad se acomete cualquier cambio urbanístico, desde el más leve hasta el más drástico, tendemos a hacer gala de una memoria escuálida. Con velocidad de vértigo olvidamos el paisaje urbano anterior y nos amoldamos al nuevo como si siempre hubiera lucido así. Pues bien, sirva esta entrada para recordar que no hace tanto tiempo, el barrio de Torrero era un monte, agreste, de difícil acceso y de compleja urbanización, como lo reflejan los avatares constructivos de la línea Torrero en su último tramo.

A finales del siglo XIX la sociedad constructora “La Amistad” promueve la creación de un nuevo barrio, que se emplazaría al norte del Cº de Lapuyade (o de Chueca), actualmente englobaría parte de la  Calle Pradilla. Este barrio se llamó Barrio de Las Acacias por los árboles que lo poblaban y suponía las primeras viviendas en una zona eminentemente industrial hasta el momento. Por la lejanía con el centro de la ciudad la ironía zaragozana también lo llamó Barrio de los Chiflaos.

Los vecinos del mencionado barrio, gente con posibles, necesitaban tener acceso fácil al tranvía de Torrero que entonces circulaba por el Pº de las Acerolas (paseo interior del actual Parque de Pignatelli colindante con los depósitos de agua). Pretendían que el tranvía volviese a circular por los lugares de la concesión más próximos al barrio, es decir, por el Cº de Torrero (actual Pº de Cuellar). Como ya se citó en una entrada anterior, el Gobernador Civil había autorizado en 1890 el traslado de las vías al Pº de las Acerolas, que ya había sido rebajado, y presentaba una pendiente constante y mejores condiciones de circulación, a pesar de los inconvenientes de la angostura del camino, que en parte era ocupado por la Torre de Buil.


Fuente: Blog Zaragoza te habla. "El Barrio de los Chiflaos" Manuel Alcaine."Torre Buil 1898. “Lejísimos” de Zaragoza, imagen de 1898 de la Torre de Buil, elegante, airosa y amplia finca de recreo sobre parte de la más antigua Torre de Júdez, donde la selecta “crème” de la “gente guapa” de la ciudad festejaba y tomaba aires más puros que los de abajo, pues estaba ubicada sobre una de las elevadas terrazas naturales que caracterizan la zona. Su propietario, Pablo Buil, se opuso con fervor a ser desalojado para que el ayuntamiento realizara, en ese lugar, un pequeño parque “raquítico y mezquino”. Años después, tras la explanación de la zona, comenzaría la historia del parque de Pignatelli de Zaragoza, vinculado con el proyecto más global de ensanche burgués hacia el sur. En octubre de 1904 sería reinstalada la estatua de Pignatelli, referencial elemento, desde entonces, de este peculiar y escaleno parque. Fuente visual: recopilación de reportajes “¡Aqui… Zaragoza! “, José Blasco Ijazo – GAZA"



El 15 de enero de 1896 hay un escrito de los vecinos de Torrero al entonces alcalde, escrita por el  Sr. Lorenzo Baró, Presidente de la Amistad, constructora de las casas del barrio de las Acacias, exponiendo que ha practicado gestiones con la Compañía de tranvías para que éste pase por el camino de Torrero en el trayecto Torrero - Subida de Cuellar (tramo entre Cº Las Torres y Ruiseñores).

Al parecer la Empresa de los tranvías accede a la petición, pero ha de consultar al Consejo de Administración que está en Bruselas para que dé el visto bueno, ya que para  poder modificar el recorrido del tranvía es necesario que el mencionado camino se rebaje, suavizándose la rampa. (dejándola a 35 mm desde la subida de Cuellar hasta el camino llamado de Chueca, actual Lapuyade).

"Nada diría respecto a la espera de Bruselas si no fuera porque la subida es áspera y peligrosa por la circulación excesiva de carruajes y caballerías; y en segundo lugar para dar trabajo a la clase obrera que se encuentra necesitado de él. Teniendo en cuenta el interés de los vecinos ofrecen 2000 reales para ayudar a la mejora. "

Finalmente a principios de 1896, atendiendo a las reclamaciones vecinales del citado barrio,  el Ayuntamiento pasaba comunicación al ingeniero Director del Canal para preparar el terreno, practicando un rebaje del camino existente entre el paseo de las Acerolas, por detrás de la torre de Don Pablo Buil y el Cº de Torrero. La concesión del permiso de dicha modificación se realiza el 23 de enero.

Pero la modificación no fue algo sencillo, al iniciar las obras del desmonte de la vía se encontraron con un "divertido problema" se trataba  de la puerta de la Torre de Buil, que quedaba en alto con respecto al rebaje. En sendos y acalorados debates municipales se trató el tema, aprobándose finalmente la paralización del desmonte hasta que se construyese el nuevo puente sobre el canal, pero  los trabajos estaban ya muy avanzados y decidieron pararlos solo en las proximidades de la Torre de Buil. No sería hasta finales de 1896 cuando se daría orden de concluir el desmonte junto a dicha finca.

Los problemas técnicos sobrevenidos durante las obras de modificación de dicho tramo del tercer ramal serán los protagonistas de la siguiente entrada.

Por Nieves García-Arilla Oliver y Juan Antonio Peña Gonzalvo.


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