Tan solo 6 días antes del viaje inaugural del tranvía de
mulas zaragozano y de la apertura de la Exposición aragonesa, para la cual
Ricardo Magdalena había construido el emblemático edificio en la actual calle
de Miguel Servet (octubre de 1885), se inauguraban en la ciudad dos espacios
que hoy son símbolos y también vestigios de la Zaragoza de una época; la Joyería Aladrén y el Pasaje
de la Economía y el Comercio, ambos sitos en la decimonónica Calle Alfonso
inaugurada en la década de los 60 del citado siglo.
Así, en el nº 25 de la céntrica calle zaragozana, se
inauguraba al mismo tiempo que el tranvía la Joyería Aladrén. El arquitecto encargado del proyecto fue Luis Aladrén, quien trabajó para el Sr. Mariano Baselga, propietario
del inmueble. Se trataba de un comercio de lujo del gusto burgués de la época.
Joyería Aladren. Imagen de 1905. Fuente Adiós Zaragoza Antigua. Desconozco el autor.
“Presenta una gran fachada en chaflán con cuatro expositores acristalados, enmarcados por plafones rectangulares decorados con paneles de plata repujada y sobredorada con motivos vegetales. La puerta también es acristalada y se encuentra rematada por un entablamento y un pequeño frontón curvo. Toda la fachada está protegida por una gran marquesina metálica compuesta por piezas de fundición y cristales, que sostiene un reloj. Al interior, el local presenta planta rectangular y está estructurado en tres salas, actualmente adecuadas a su nuevo uso como cafetería. Antiguamente una era la tienda propiamente dicha, la más amplia y cubierta por una techumbre acasetonada sujeta por columnas de hierro, otra era el despacho del dueño y otra era la trastienda o Salita de Luis XVI, llamada así por su recargada decoración”. Las tiendas de Ayer y hoy. Editado por el Colegio de Decoradores de Aragón en 1988.
“Presenta una gran fachada en chaflán con cuatro expositores acristalados, enmarcados por plafones rectangulares decorados con paneles de plata repujada y sobredorada con motivos vegetales. La puerta también es acristalada y se encuentra rematada por un entablamento y un pequeño frontón curvo. Toda la fachada está protegida por una gran marquesina metálica compuesta por piezas de fundición y cristales, que sostiene un reloj. Al interior, el local presenta planta rectangular y está estructurado en tres salas, actualmente adecuadas a su nuevo uso como cafetería. Antiguamente una era la tienda propiamente dicha, la más amplia y cubierta por una techumbre acasetonada sujeta por columnas de hierro, otra era el despacho del dueño y otra era la trastienda o Salita de Luis XVI, llamada así por su recargada decoración”. Las tiendas de Ayer y hoy. Editado por el Colegio de Decoradores de Aragón en 1988.
Si seguimos andando por la Calle Alfonso en dirección a la Plaza del Pilar, el último edificio a nuestra derecha ocupando el nº 40, es el pasaje de la
economía y el Comercio, popularmente conocido como Pasaje de Ciclón por una
tienda de juguetes con el mismo nombre que se emplazó allí. Gracias a su planta en cruz, tiene salidas a la Plaza del Gobierno civil, a la Plaza del Pilar y a la
Calle Santiago.
Se trata de una galería comercial y residencial que está
constituida por un pasaje y un edificio de viviendas, que contaba con todos los
adelantos de la época, ambos construidos entre los años 1882 y 1883 por el
arquitecto zaragozano Fernando de Yarza por encargo de su propietario, el
marqués de Ayerbe, al estilo de las galerías comerciales europeas y,
especialmente, parisinas, de la época.
Desafortunadamente, no he encontrado una imagen del Pasaje de la economía y el comercio que date del siglo XIX, no obstante transcribo a continuación esta interesante descripción del mismo: "El pasaje en su conjunto, y en especial sus
techos, cuentan con una elegante decoración de tipo geométrico y floral, con
falsas columnas de inspiración neoclásica en las paredes del pasaje. Por otro
lado, el pasaje consta de dos galerías que se cruzan en el centro, y tiene
cuatro entradas, en la Plaza del Pilar, la calle Santiago, la calle Alfonso I y
la Delegación del Gobierno. Fuente: LABORDA YNEVA, JOSÉ. Zaragoza. Guía de
Arquitectura, Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón, Zaragoza, 1995.
Y ustedes se preguntarán, ¿y que tiene esto que ver con el
tranvía? Pues bien, sabemos por la prensa de la época, que en 1889 Don Modesto
Torres Cervelló presentó al gobierno provincial un proyecto para la
construcción de un ramal de tranvía que, partiendo de Plaza de la Constitución (actual Plaza de España),
terminase en la del Pilar, pasando por la Calle Alfonso. De haberse llegado a
materializar, nos hubiera llevado a ambos sitios.
Pero el de Torres Cervelló no habría sido el único proyecto
presentado para el desarrollo del citado trayecto, tampoco habría sido el
primero. Aparece también en la prensa el Sr. D. Juan Mª Jouassin, que en
febrero de 1889 presenta un proyecto de tranvía de tracción animal de Santa Engracia
a la Plaza del Pilar pasando por la Calle Alfonso. Posteriormente, tan solo dos
meses después, es Torres Cervelló quien presenta el suyo. En las Actas de la Sociedad de Tranvías de Zaragoza de 19 de marzo de 1889 se trata el tema. Al parecer
la idea era enlazar en el Coso con la línea Circunvalación, ya existente.
Por su parte el tranvía de Jouassin pretendía enlazar con el tranvía de vapor a Casablanca, proyecto este último que tampoco llegaría nunca materializarse.
Por su parte el tranvía de Jouassin pretendía enlazar con el tranvía de vapor a Casablanca, proyecto este último que tampoco llegaría nunca materializarse.
Prueba de la importancia comercial de la Calle Alfonso
durante la segunda década del siglo XIX es también esta noticia de agosto de
1897 (con la Sociedad los Tranvías de Zaragoza ya en manos belgas) publicada
en el periódico La Derecha.
“Se ha reunido la
comisión de festejos, entre otros se ofreció para organizar festejos o entregar
alguna cantidad en metálico la Sociedad de tranvías.
El gerente, Sr.
Slosse, indicó la idea de un concurso de escaparates en la calle de Alfonso
ofreciendo tres premios en metálico para los que mayor gusto artístico posean,
y fue tomada en consideración.”
Desconocemos porqué estos proyectos para un tranvía por la Calle Alfonso acabaron en agua de borrajas…
Por Nieves
García-Arilla Oliver
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