miércoles, 22 de marzo de 2017

De Torrero al cielo, el tercer ramal. Parte II. Un paseo de domingo.


Ha llegado la hora de ir a pasar la tarde del domingo a las playas de Torrero, dicen que la cosa está animada, comprobaremos por nosotros mismos las afirmaciones de García Mercadal. Para él, éste de Torrero “es un tranvía aristocrático, frecuentado por gentes elegantes y discretas que suelen usarlo casi diariamente para dar su paseo de costumbre…Sin embargo, este tranvía se democratiza una vez por semana, el domingo, como si presintiendo el advenimiento del poder popular quisiera comenzar su política de conciliación. Entonces el tranvía se llena de gentes humildes, laboriosas, endomingadas, gentes que trabajaron seis días para holgar el séptimo, y allí donde la compostura rige diariamente las maneras de los viajeros, los domingos escuchánse voces descompuestas, dichos alegres, exclamaciones festivas, hasta músicas y canciones, que publican claramente la alegría con que el pueblo encubre las tristezas de una vida miserable”

Esperamos en Puerta Cinegia, ya oigo los cascos de las mulas ¡ya llega! Antes los tranvías no tenían el cartel de destino, pero con la inauguración de esta línea, la Sociedad ha dispuesto carteles con el nombre de la línea para evitar que los pasajeros se equivoquen; “Torrero” se lee bien claro. Es una jardinera, uno de los coches abiertos que la Sociedad Los Tranvías de Zaragoza compró para usar durante los inclementes veranos zaragozanos. Le compraremos el billete al cobrador, son 0.20 cts. el precio del billete hasta el Puente de América. El precio es de 0,05 pts. por cada uno de los trayectos: Constitución - Puerta de Santa Engracia – Cuéllar - Cantina - Pte. de América. Como nosotros vamos al final de línea pagamos el total de la suma de los importes.
Tranvías en Plaza Constitución.

 

¡Esto va hasta los topes! Casi no cabemos, vamos a quedarnos de pie. Emprendemos la marcha, cumpliendo con el reglamento el conductor toca su silbato. Pasamos por el Café Gambrinus, como se nota que es verano, está atestado de gente, la Diputación hoy está cerrada, en la esquina de la Plaza el café Suizo, parece que también está concurrido. Terminamos de girar y entramos en el Paseo de Santa Engracia, que discurre rectísimo hasta la Glorieta, a ambos lados la gente endomingada disfruta de un agradable paseo, recorremos esta arbolada y amplia calle, pasamos por la Puerta del elegante Café Ambos Mundos, inaugurado el 3 de octubre de 1881 y situado en la manzana entre las Calles Albareda y Marqués de Casa Jiménez.
Tranvía abierto o de verano, conocido como jardinera. Circula por el Paseo de Santa Engracia (actual Paseo Independencia) nada más pasar la manzana donde se ubicaba el Café Ambos Mundos.


Dejando atrás el café, ya estamos en la concurrida Glorieta Pignatelli, al otro lado del Paseo está el teatro de verano del mismo nombre.
Glorieta Pignatelli. 1889. Levy et Cie. Concurridísima y genial imagen de la Glorieta, con el Teatro del mismo nombre al fondo.
 Salimos por el pequeño arco lateral de la Puerta de Santa Engracia, que consta de cinco accesos separados por pilares, tres centrales para peatones y dos laterales para coches y caballerías. (fue destruida en 1902).

Autor: Escolá. 1902.
Imagen de 1892 en la que se aprecian sutilmente las vías del tranvía en el empedrado, en la parte inferior.

Imagen de la Puerta de Santa Engracia de 1892. Detrás parte de la fachada del edificio de la Universidad Nueva de Ricardo Magdalena.
Edificio de Capitanía. Imagen de Coyne de 1893.


 A la derecha nos sale al encuentro la neoclásica fachada de piedra del palacio de la Capitanía General de Aragón, comenzado en 1879 y concluido en 1894.
Giramos a la izquierda y dejamos atrás la flamante nueva Universidad, obra de Ricardo Magdalena, construida en 1893 según su proyecto de 1886, ejemplo de arquitectura palaciega aragonesa. Edificio diseñado para ser la Facultad de Medicina y Ciencias, Hospital Clínico y Sala de Dirección de la Universidad de Zaragoza. Inertes nos ven pasar las estatuas de Andrés Piquer, Miguel Servet, Ignacio Jordán de Asso y Fausto de Elhuyar.

Debemos ahora cruzar el puente que salva el río Huerva y ya hemos entrado en el Paseo de Torrero.
Puente de Santa Engracia 1893. Se ve el Huerva descubierto y la Universidad.

Puente de Santa Engracia 1899. Autor René Ancely.
 

Nada más entrar en el Paseo nos encontramos con el velódromo de los Campos Elíseos a la derecha. Inaugurado en 1895. En él se realizaban carreras de bicicletas, actuaciones circenses y hasta partidos de fútbol, fue derribado en 1920.
Velódromo de los Campos Elíseos 1896.

Enfrente del velódromo, a nuestra izquierda, el Colegio de los jesuitas

“El tranvía acelera su marcha por la vasta y espaciosa vía cubierta de viejos y frondosos árboles, a cuyos lados se van levantando hermosas construcciones. Dos casas gemelas dan frente al paseo de las Damas, alameda melancólica y clerical que empieza entre una fábrica y una plazoleta con una fuente, cuyo nombre no hace caso, detrás de la cual aparece la silueta del convento de monjas del Sagrado Corazón de Jesus.”


 
 


La extensión que ocupaba iba desde la actual Glorieta de Sasera hasta el número 5 del que fuera hasta su derribo Paseo General Mola, hoy Paseo de Sagasta, es decir, lo que hoy conocemos como El Corte Inglés y Residencial Paraíso.  Imágenes publicadas en el blog "El desván de Rafael Castillejo” pertenecientes al archivo fotográfico del propio Colegio.
Continuará…
Por Nieves García-Arilla Oliver.

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