viernes, 10 de junio de 2016

La Inauguración

La inauguración del primer ramal del tranvía zaragozano.

La inauguración de la primera línea de tranvía en Zaragoza, que iba de Pza. Constitución (actual Plaza España) a la Estación de Cappa, conocida también como Estación del Bajo Aragón o de Escatrón (actual Plaza Utrillas), tuvo lugar el día 17 de octubre de 1885 y constituyó un momento importante en la historia de la ciudad. Aunque se habían realizado grandes esfuerzos para que la línea pudiese ser estrenada en las Fiestas del Pilar de ese año, diversos problemas burocráticos y con las empresas proveedoras del material móvil (esto es, de los coches) hicieron que se dilatase la llegada de este medio de locomoción.

Este hecho coincidía en tiempo con la inauguración de la tan ansiada Exposición aragonesa, impulsada por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, que ya había debido ser retrasada debido a una epidemia de cólera morbo que había azotado al país y cuya apertura se realizó tan solo 3 días después de la inauguración del tranvía.


Como sede de la Exposición, se había encargado al joven arquitecto Ricardo Magdalena la construcción de lo que posteriormente se dedicaría a Matadero Municipal, sito en la Calle de Miguel Servet, que afortunadamente hoy sigue en pie y que se encuentra en la misma calle que la mencionada Estación de Cappa, final de esta línea.

Contamos con una noticia del Diario la Alianza Aragonesa, del mismo día 17 de Octubre de 1885 por la tarde, en la que hace se referencia a esta inauguración oficial del tranvía zaragozano.

Esta mañana se ha verificado solemnemente la inauguración oficial del tranvía….”

“…Los dos tranvías han recorrido el tramo desde la Plaza de la Constitución a la estación de Cappa sin dificultad alguna. Los cruces se hacen perfectamente…”

“…Los coches construidos en Barcelona son de muy buenas condiciones. En el primero iban 40 personas cómodamente, relativamente hablando”

Sabemos también que se celebró un almuerzo en el final de la línea (estación de Cappa) en el que se pronunciaron varios brindis y se escuchó la jota aragonesa.

Así se iniciaba la explotación de esta primera línea, que inauguraba una serie de 6 ramales que serían construidos entre 1885 y 1887, todos con inicio en la Plaza de la Constitución, actual Plaza España. Primera línea que realmente se correspondía con lo que el Pliego de Condiciones Particulares estipulado por el Ministerio de Fomento en 1884 denominaba ramal 3, dicho sea de paso.

Testimonio de uno de los primeros viajes del tranvía, en este caso el día de la inauguración de la Exposición aragonesa, (tan solo 3 días después de la inauguración oficial tranviaria) nos ofrece de primera mano D. Juan Moneva i Pujol en su libro Memorias, publicado de forma póstuma en 1952:

Vi salir el tranvía número 1; arrancó a las 11 de la mañana, de frente a la vieja del Coso- una muñeca de mecanismo que tenía Plácido Agreda, el peluquero, en su escaparate donde hoy el Banco de España presenta sus invariables paredones- Paró el tranvía frente a la calle del Romero, en consideración a tres señores muy respetados que allí lo esperaban vestidos de etiqueta: Don Simón Sainz de Varanda y Cañedo, regidor de la Ciudad,, teniente de Alcalde; Don Desiderio de la Escosura y Fernández de la Agüera, Regidor, Director de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, el que iba a inaugurar la exposición, ambos ornados con las gías o chías rojas de la Ciudad, que ahora llamamos bandas; y Don Modesto Torres  y Cervelló, catalán, ingeniero industrial, Secretario de la misma Sociedad y de la Exposición; eran, los tres, inquilinos de la misma casa, esquina derecha de la calle del Romero; Torres, del entresuelo, Sainz de Varanda, del principal; lo llamo inquilino y puede llamarlo dueño, pues todo el inmueble era de su mujer Doña Ramona Banquells, hija de un difunto banquero catalán; Escosura, del segundo.

“El tranvía nos llevó a la puerta de la Exposición; entramos-los invitados- en el patio principal: había allí una compañía del regimiento del infante, con bandera y música, para hacer honores a quien los tuviera….”

Otro de los cronistas zaragozanos, D. José Blasco Ijazo,  también hizo referencia al tranvía decimonónico y al día de su inauguración en su recopilación de artículos “¡Aquí Zaragoza¡”. En el año 1950 registraba este testimonio, que entendemos le trasladarían por tradición oral, en un artículo titulado “Historia a través de lejanos recuerdos”:

“! Gran día para Zaragoza ¡La gente rebosaba de alegría, había cesado oficialmente la epidemia de cólera morbo asiático que tantos estragos causó, al natural contento sumábase la satisfacción por la apertura de la Exposición y la de inaugurarse el mismo día el “primer ferrocarril que circulaba por vía pública” definición exacta del tranvía, según el derecho administrativo.

El paso del nuevo vehículo conduciendo a las autoridades e invitados que se dirigían a inaugurar el certamen, constituyó un acontecimiento en la vida local. Iba sobre carriles, tirado por caballerías y engalanado convenientemente. Al llegar al flamante edificio del matadero- obra del arquitecto municipal Don Ricardo Magdalena- los muchos curiosos que seguían la marcha lenta del tranvía aplaudieron entusiásticamente. Ya tenía Zaragoza este adelanto: la primera línea, la del Bajo Aragón…”

Desafortunadamente no contamos, o al menos no me consta su existencia, con fotografías de ese día, pero podemos hacernos una idea de la pompa del evento gracias a dos dibujos realizados por Marcelino de Unceta, en los que no aparecen tranvías.


Uno de ellos representa el momento del discurso de apertura de la Exposición hecho por el presidente de la RSEAAP, Desiderio de la Escosura, y el segundo representa la recepción por las autoridades del Cardenal Benavides bajando de su coche de caballos a su llegada a la exposición. Podemos apreciar a personajes que llevan las chías  de la ciudad, con lo que pudieran ser alguno de los personajes mencionados por Moneva.



Por último, no quiero olvidarme de un testimonio del que no hay documentación, ya que llegó a mí en una de las interminables charlas con mi abuela y mi tío sobre este particular. Mi tatarabuela Emilia Torres Martínez (una de las cuatro hijas que Modesto Torres Cervelló tuvo con María Martínez Salazar) contó en varias ocasiones, en tono jocoso, que la versión oficial del primer viaje del tranvía dada por cronistas y prensa de la época no sería del todo cierta, ya que se jactaba de haber sido ella quien junto a una de sus hermanas, teniendo por aquel entonces apenas 11 años,  habría recorrido la noche anterior a la inauguración esta primera línea, durante las pruebas previas de rigor para que todo saliese a pedir de boca.

Pero hasta llegar a este 20 de Octubre de 1885 hubo que recorrer un largo camino que empezaría unos cuantos años antes, allá por 1871, cuando D. José Gómez de Ruverte formuló al ayuntamiento zaragozano la primera solicitud formal para la implantación de un sistema de transporte público sobre raíles, seguiría en 1882 con la agrupación de las solicitudes hechas por tres personas (Miguel Mathet y Coloma, D. Fernando Beltrán y Aguado y D. Modesto Torres Cervelló) que presentaron proyectos separadamente y que acabarían aunándose en pos de la consecución de un proyecto de transporte público para Zaragoza, lo que desembocaría en  la fundación el 5 de agosto de 1885 de La Sociedad Los Tranvías de Zaragoza y en el inicio de la construcción de las líneas. 

Todo ello será el contenido de los próximos posts de este blog que arranca aquí.

Por Nieves García-Arilla Oliver.

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