La propuesta de Leon Boulay 1871.
Apenas unos meses después de la malograda propuesta de
Ruverte en el mismo año 1871 se presenta otra petición de construcción y
explotación de una línea de tranvía por parte del Sr. Leon Boulay. Poco sabemos
sobre este personaje a parte de la sucinta información contenida en la revista
de Obras públicas nº14, 1871 “Leon Boulay arquitecto e ingeniero de
Londres y París”.
La petición, aunque es cursada y abierto su correspondiente
expediente, no sigue adelante porque ya había presentado la suya el Sr. Ruverte,
tal y como textualmente escribe el Arquitecto municipal en su informe de
concesión. Es curioso leer en el informe de dicho funcionario que tan sólo
atiende a razones económicas y éticas por haber llegado primero, pero en ningún
caso compara o estudia las soluciones técnicas que ambos proyectos presentan y
que en realidad son muy diferentes.
Atendiendo a la técnica de construcción y del material
rodante, se podría decir que la del Sr. Boulay aportaba ciertos avances
técnicos, como la utilización del modelo de
vía Loubat, que sería utilizado de
forma muy extendida en el mundo tranviario.
En definitiva, 1871 hubiese sido un buen año para instalar
un tranvía en Zaragoza, poniéndonos a la par de ciudades como Madrid, con un
tranvía de sistema Loubat proyectado por el mismo arquitecto que hubiese
proyectado el de Zaragoza.
Documentación anexa a la solicitud presentada por Leon Boulay que permite entender el sistema de vías para tranvía de tracción animal.
El Proyecto de Francisco Sabino de Freitas y Reys 1876.
En 1876 se presenta otra solicitud al Ayuntamiento para la
construcción y explotación de una línea de tranvía. Se trata de D. Francisco
Sabino de Freitas y Reys, de origen brasileño y que al parecer viajó a España
para hacer fortuna estableciendo líneas de tranvías. De hecho también realizó
una solicitud en el mismo año ante el Ayuntamiento de Málaga y las
primeras líneas de tranvías en Portugal son suyas.
Se le conceden los trabajos sin apenas problemas y mientras
se inician estos, el Gobierno de España publica una Real Orden mediante la cual
ordena a los Ayuntamientos que todas las solicitudes de instalación de tranvías
deben enviarse al Ministerio de la Gobernación para su debida aprobación... ¡Y
la orden es retroactiva! Por lo que el proyecto de Sabino de Freitas se frena y
da marcha atrás. De este expediente no se tiene noticia, pues aunque hay
constancia en el Archivo Municipal de su existencia. También sabemos que se
envió al Mº de la Gobernación con fecha de 24 de Marzo del año 1877.
De la documentación se desprende que llegaron a iniciarse
los trabajos, y por lo tanto sería plausible pensar que se llegaran a colocar
raíles, pero desconocemos donde se localizarían.
La solicitud solapada de Emilio Rotondo 1877.
En diciembre de 1877 D. Emilio Rotondo y Nicolau solicita
otra concesión para la instalación de tres líneas de tranvía:
-
La primera, que desde Plaza del Mercado siga por
la calle San Pablo, Plaza del Portillo, estación de Madrid, Paseo María
Agustín, Puerta del Carmen, Puerta de Santa Engracia y Plaza Constitución.
-
La segunda que también salga desde la Plaza del
Mercado pasando por el Coso, Plaza de San Miguel, Puerta del Heroísmo (también
conocida como Puerta Quemada, que databa del siglo XVII y estaba situada al
final de la calle Heroísmo, cerca de
unas carboneras cuyo humo alcanzaba la puerta los días de viento,
ennegreciéndola), Carretera del Bajo Aragón y finalizando en la estación de
ferrocarril (Estación de Cappa).
-
La tercera desde la Glorieta (actual plaza
Paraíso) hasta el canal imperial.
Muy diplomáticamente se le contestará desde el Ayuntamiento
que en ese momento existe ya concedida una línea, la cual está a la espera de
aprobación por el Ministerio de la Gobernación, y que por ese motivo no sería
justo concedérsela.
Y esta vez sí tenemos noticias del solicitante, gracias a
una investigación independiente llevada a cabo por Armando López Rodríguez y
que aparece en un interesante trabajo titulado Emilio Rotondo y Nicolau
(1849-1916) en los comienzos de la telefonía en España y en Marruecos. D. Emilio Rotondo se
nos muestra aquí como el prototipo de emprendedor decimonónico.
Así pues, según Armando López, Rotondo habría nacido en
Madrid en 1849, hijo de Arturo Rotondo y Rabasco, cirujano de la Casa Real
(durante los reinados de Isabel II, Amadeo I y Alfonso XII), aficionado a la
paleontología y a la arqueología, habría participado en varias campañas
arqueológicas y de excavación y habría
propuesto diferentes prospecciones.
Siente una especial atracción por la innovación tecnológica,
llegando a desarrollar inventos propios, como un “aparato vigilante espía” o un
cañón de montaña, ambos reconocidos por el Ministerio de Guerra.
En 1877, mismo año de la solicitud para el tranvía
zaragozano, presenta otra al Ayuntamiento de San Sebastián para unir puntos de
la ciudad con el puerto de Pasajes, pero al igual que la de Zaragoza, no le será
concedida. Sin embargo sí habría conseguido, años más tarde, establecer un
servicio de ripperts en Bilbao.
El artículo de investigación continúa centrándose en la
importancia de Emilio Rotondo y su hermano Adriano en el sistema de
telecomunicaciones español, portugués y marroquí. Aprovechamos para recomendar
desde aquí la lectura de dicho artículo.
A partir de este momento las concesiones de tranvías en las
diferentes ciudades de España se sacarán a concurso en la Gaceta de Madrid
(precursor del B.O.E.).
Por Juan Antonio Peña, Nieves García-Arilla Oliver y Alberto Alastruey
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